Helios Pareja Galeano cuenta que “el gasto calórico va a aumentar conforme se incremente la intensidad del ejercicio. Esto es así, porque el consumo de oxígeno va a ir aumentando de manera proporcional a la intensidad del ejercicio. Y el gasto energético aplica una relación con el consumo de oxígeno, más o menos, en un ratio de un litro de oxígeno por 5 kilocalorías gastadas. Esto quiere decir que si estamos haciendo un ejercicio de baja intensidad, nuestro consumo de oxígeno es bajo y nuestro gasto calórico es bajo. En cambio, si aumentamos la intensidad, la cantidad de oxígeno que captan, transportan y utilizan nuestros músculos es proporcionalmente mayor y, por tanto, también se incrementa el gasto energético”.
Si nos centramos en ese efecto agudo (el que obtenemos con esa media o una hora de sensión de gimnasio) del que hablaba este especialista al principio del reportaje, ¿cuál es la actividad que más kilocalorías quema? “Pues la de mayor intensidad. Pero claro, esto tiene una trampa, porque cuanta más intensidad metemos antes nos fatigamos y más se reduce el tiempo que podemos mantener esa actividad. No podemos estar esprintando durante media hora, pero si podemos estar corriendo al trote durante media hora. Aquí es donde nace el concepto de hiit (‘high intensity interval training’). El entrenamiento interválico de alta intensidad lo que promueve es alternar, en varias series, ejercicios que nos exigen una intensidad muy alta durante un corto espacio de tiempo con otros de baja intensidad o periodos de tiempo breves de descanso que nos ayuden a recuperarnos”.