Diferencias en timidez e introversión
Por lo general, a una niña o un niño callado automáticamente se le etiquetará como ‘tímido’ y se intentarán tomar medidas para ayudar a ‘superarlo’ sin entrar a valorar si lo suyo es, realmente, introversión. “Las personas introvertidas se sienten bien en esa introversión. Son personas más sensibles a la dopamina, lo que significa que necesitan menos dosis de esta hormona para experimentar tranquilidad y placer, así que con menos estimulación se sienten bien. No es que busquen activamente estar solas, que a veces sí, sino que no les genera un malestar el no participar en actividades sociales o en la clase. Pasa desapercibida, pero no lo pasa mal porque es un rasgo de su personalidad”, apunta la profesora Pérez.
Mientras la persona introvertida se siente cómoda con su forma de ser, quizás menos sociable y más orientada hacia la vida interior, la tímida es una persona introvertida que desearía no serlo. Por eso, es clave identificar si una niña o un niño es tímido, y, por tanto, necesita un cambio en su forma de relacionarse con otras personas y con el entorno, o si es feliz siendo introvertido. “El tímido se avergüenza de no ser capaz de cambiar su forma de ser y adecuarse a lo que cree que le están pidiendo los demás. La timidez está asociada a un malestar y, de ahí, que se hable de ‘superar la timidez’, porque se entiende que el tímido, se siente mal. El tímido siente vergüenza de exponerse ante los demás”, relata Sylvie Pérez.