Una encuesta reciente de Ashley Madison, la plataforma líder en relaciones ‘discretas’, acaba de confirmar un secreto a voces, que las cenas de empresa navideñas son el epicentro de un terremoto de aventuras amorosas inconfesables. Los datos no dejan lugar a las dudas: un 61% de los encuestados admite haber deseado tener una aventura durante alguna de las celebraciones de la oficina y un 40% confiesa que, incluso, ha llegado a materializar su deseo.
Curiosamente (o no…), un 93% de los que han tenido un lío con alguien del trabajo asegura que no se arrepiente; un 85% afirma que nunca fue descubierto y un 82% sostiene que ‘ su desliz’ no tuvo consecuencias, lo cual pone de evidencia que estos encuentros furtivos suelen ser tan intensos como discretos.
Para Christoph Kraemer, director General de Europa de Ashley Madison, esta tendencia revela mucho más que una simple búsqueda de placer momentáneo. “La Navidad despierta un torbellino de emociones. Entre las tensiones acumuladas del trabajo, los conflictos familiares y las expectativas sociales, muchos encuentran en estas aventuras una manera de sentirse deseados y vivos, aunque solo sea por una noche. Las cenas de empresa se convierten en un espacio de libertad donde los límites sociales y personales se desdibujan. Lo que realmente muestran estos datos es una necesidad universal de sentirse visto, deseado y conectado emocionalmente”.
¿Por qué las cenas de empresa se prestan tanto a las infidelidades? La psicóloga y experta en terapia de parejas, Lara Ferreiro, achaca este furor a “un ‘cóctel navideño’ en el que se agitan ingredientes altamente inflamables.