¿Qué tipo de público acude a sus retiros? ¿Son sobre todo mujeres?
Lina: Hay personas de todas las partes del globo, pero la mayoría sufre burnout, están quemados, y no sólo en su trabajo, sino en su vida. Katie: Suelen ser chicas porque sienten mucha presión por ser la mejor trabajadora, la mejor esposa, madre y cuidadora, estar en forma, ganar mucho dinero pero no demasiado para no generarle inseguridad a su marido… Han perdido la conexión con ellas mismas y se preguntan: “¿Quién soy?”. La vida les sobrepasa.
Un retiro puede ser un oasis fantástico pero, ¿qué pasa cuando vuelven a casa tras tres días de autocuidado?
Katie: Con nuestras experiencias en Tribe Retreats queremos generar un impacto. En una semana o tres días te tomas tu tiempo y eso produce unos resultados increíbles: haces ejercicio, te desahogas, mejoras tus relaciones sociales, la relación con tu cuerpo, con la comida… Después de plantar esa semilla en ti y trabajar de una manera tan profunda, esas herramientas te las llevas a casa y ya nada vuelve a ser igual. Invertir en ti es priorizarte. Vuelves a tu vida poniendo más intención.
¿Por qué lo recomendarían?
Lina: Transformación suena como una palabra muy grande pero es el concepto que resume esta experiencia. Cuando la gente se da ese permiso para pensar cómo quiere vivir su vida, se da un lugar y recuerda su propósito: la razón por la que se levanta cada mañana. Te vuelves consciente y estás más alineada. El tiempo con tu familia se vuelve de calidad, sales del infinito scrolling en tu teléfono móvil, pues has vivido sin él unos días y no ha pasado nada… Rompes con un círculo constante de insatisfacción y te das cuenta de que ni es necesario estar siempre ocupada y conectada ni te conduce a una felicidad duradera. Katie: En contraste, los retiros ofrecen la oportunidad de salir de la rueda hedonista y alejarse del perpetuo hacer para pausarnos y reflexionar de una forma significativa.