Viaje

La pequeña isla privada de Naladhu, en el océano Índico, es lo más parecido al paraíso. Arena blanca bañada en aguas turquesas, deportes de acción y relax, desayunos flotantes… Es el destino favorito de las celebrities y la realeza.

Más allá de un lugar de ensueño para recién casados, los atolones de Maldivas se han convertido en un preciado refugio de bienestar. Desde retiros de yoga para renovarse a viajes en solitario para olvidarse del resto del mundo, turismo activo en contacto con la naturaleza, deportes como el paddle surf, el buceo entre corales o nadar entre tiburones, tratamientos de belleza con aceites esenciales, bañeras con vistas a una estampa idílica…

La lista de opciones para desconectar es infinita. De ahí que la isla privada de Naladhu, galardonada como mejor resort del Océano Índico y cuarto mejor resort del mundo, y con sólo 20 casas, sea el lugar escogido por celebridades patrias y la realeza para vacacionar ajenos a las multitudes.

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Una alternativa al hotel, más sostenible, en plena naturaleza y a sólo unos metros de la playa, pero bonita, fácil y cómoda, para quien no se plantea agacharse a montar una tienda de campaña. En palabras, de Salvador Lora (Sevilla, 1984): “Un resort natural para los no campistas que se puede compartir entre varias personas”.

Así nació Kampaoh, de acampao’, la idea de este emprendedor sevillano que hoy salpica de glampings España, Francia, Portugal e Italia, aunque él mismo confiesa el poco glamour de sus inicios: “Montando yo mismo tiendas de Decathlon”. La inspiración partió de un viaje. “Mi mujer, Carlota, es azafata de vuelo, y fuimos con mi cuñada a una isla paradisíaca en Puerto Rico, Culebra. Allí, en plan mochilero y con las expectativas muy bajas, disfrutamos de una tienda de campaña en playa Flamenco ya montada, con colchones, sábanas, toallas…”. Era 2016 y le sorprendió muchísimo lo cuidado que estaba todo: “Hasta con nevera de playa”.

Lora, que siempre estuvo inmerso en el mundo de las startups, ya había estado pensando en montar picnics con todas las facilidades del mundo y próximos a la costa. “Trabajando ese proyecto, Carlota me sugirió que invirtiéramos en 20 ó 30 tiendas de campaña esa misma noche, pero yo me puse a hacer las cuentas con mil. Ella vio el negocio y yo que era viable económicamente”. Su cuñada, con pareja campista, enseguida le advirtió de que en España eso no funcionaría. “Yo, en cambio, estaba seguro de que mucha gente no va de camping por el lío que supone montar todo”.

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La lituana Lina Jureviciute y la británica Katie Grover se conocieron hace tres años, en un retiro en Portugal. Una era la responsable del apartado más calmado del programa, con sesiones de yoga, meditación y baños de sonido. La otra, una sargento que ponía a todas en forma con ejercicio funcional al aire libre.

Fue una semana tan especial y transformadora que se dijeron: “Este es el tipo de experiencia que queremos, pero hay cosas que mejoraríamos aún más”. Y se pudieron a trabajar para hacer tribu. La combinación perfecta. Desde entonces, sus citas en Tribe Retreats son un cálido abrazo de bienestar. Forman una comunidad fuerte y unida que recorre el mundo huyendo del ruido y el acelerado ritmo actual que nos desquicia.

En España, trabajan de la mano de Único Hotels, especialmente en sus dos joyas mallorquinas: Finca Serena y The Lodge, donde tienen programado un próximo retiro para septiembre. Hablamos con ellas sobre este boom incluso fuera de temporada donde lo que se pretende es desconectar, trabajarse interiormente, aprender a cuidarse y renovarse para volver con las pilas cargadas.

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Las vacaciones con experiencias de bienestar serán las más demandadas en 2023, según un estudio de Marriott Bonvoy. Y este destino de lujo conquista a futbolistas y celebrities como Shakira para renacer.

“En el desierto buscando la serenidad en esta Navidad”, publicaba la cantante colombiana Shakira junto a sus hijos desde Dubái. No es la única famosa que se ha dejado ver por este soleado emirato de grandes rascacielos conocido por su fastuoso lujo y la multiculturalidad que lo habita. Sobre todo, por su gran atractivo: Burj Khalifa, la torre más alta (y fotografiada) del mundo.

También la actriz Blanca Suárez ha dejado huella en su cuenta de Instagram de los numerosos planes que ha realizado en el que ha calificado como “uno de los viajes más especiales” de su vida, aprovechando 12 días de asueto para desconectar en enclaves de ensueño.

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Zineb Tebbaï empezó a surfear a los 14 años en Casablanca, gracias a que su hermano le ofreció la primera tabla. Hoy, la entrenadora populariza un deporte que hace libres a las mujeres.

En la playa de Anza, a pocos kilómetros de Taghazout, importante centro turístico marroquí junto a un pueblo pesquero de origen bereber, se respira un estilo de vida natural y salvaje.

Allí todo es surf. “Siempre hay olas”, cuentan los lugareños. Pero del auténtico, sin postureo para Instagram. No hay ni rastro de smartphones. Chicas desde los cuatro a los 16 años charlan animadas entre ellas. Se miran, saltan, se abrazan y sonríen. Reciben clases de Zineb Tebbaï (Casablanca, Marruecos, 21 de octubre de 1982), su gran maestra y mentora. Una mujer que les inspira.

El mar se mueve fuerte y el viento sopla con ánimo. No es una costa especialmente bonita, pero la sensación de libertad que transmite es infinita. La misma que promueve este deporte que conecta de un modo tan profundo con el entorno. “Sobre la tabla se siente mucha paz, humildad y superación de una misma”, alecciona la entrenadora ante su atenta audiencia. Su hija, apenas una cría, merodea a su alrededor y se mueve como pez en el agua surcando las olas sobre su mini tabla. Tebbaï se inició con una similar de niña. “Al principio empecé con una corta y me costaba mucho moverme con ella. No había transporte para ir a la playa”, recuerda.

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